lunes, 27 de abril de 2009

Simplemente, Paulo Freire.

Luisa Sanzana, DEPAOLA, Los Angeles
Chile

“Paulo Freire es un pensador comprometido con la vida; no piensa ideas, piensa la existencia”. Así lo define Hernán Maria Fiori.
Conoció el hambre y el sufrimiento situaciones que lo llevaron a madurar a temprana edad. Supo darle un sentido a su vida, a pesar, de las complicaciones materiales.
Sus ideas influenciaron e influencian los procesos democráticos por todo el mundo. Fue el pedagogo de los oprimidos y en su trabajo transmitió la pedagogía de la Esperanza. Influyo en las nuevas ideas liberadoras en América latina y en la teología de la liberación, en las renovaciones pedagógicas europeas y africanas. Su figura es un referente constante en la política liberadora y en la educación. Fue emigrante y exiliado por razones políticas por causa de las dictaduras. Por mucho tiempo, su domicilio fue el Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra (Suiza)
Dicen los pensadores que en todo ser humano, en su núcleo vital existe un impulso que lo lanza mas allá, por si mismo, hacia algo que no es el mismo, al encuentro de otro ser, al servicio de una gran misión. Cuanto más sale el hombre de si mismo, cuanto más se trasciende para entregarse a una gran causa o a un gran amor, tanto más o mejor se realiza como persona. Viktor E. Frankl (psicólogo, fundador de la logoterapia y catedrático de psiquiatría de la Universidad de Viena) pudo comprobar en sus experiencias de los campos de concentración de Auschwitz y Dachau que los que demostraron tener mayor capacidad para sobrevivir, incluso en aquellas situaciones limites, eran los que estaban orientados hacia un futuro, hacia una tarea que les esperaba, hacia un sentido que querían cumplir.
Con esta base podemos afirmar que Paulo Freire fue un ser que supo trascender a las vicisitudes que le toco vivir, con gran vocación.
La palabra “vocación” que significa llamar. La vocación es un llamado que se dirige a la profundidad del ser humano como tal, a lo hondo de si mismo. La respuesta a ese llamado será la realización misma del ser como persona. Cada ser humano tiene que dar la única respuesta propia, aquella que nadie podrá dar por él.
La vida del hombre se va haciendo plena, autentica y feliz cuando el mismo va realizando su propio proyecto vital, va siendo lo que esta llamado a ser. Descubrir la vocación es, precisamente descubrir ese llamado esencial a realizarse como persona en las circunstancias reales en las que le ha tocado vivir.
La vida del hombre se hace dramática, llena de dignidad o de miseria, porque de él depende su propia realización como ser humano. Tiene que asumir con plena libertad lo que esta llamado a ser. En cada instante de su vida tiene que ir decidiendo lo que quiere hacer para ir realizando su propio proyecto de vida.
Creo que la vida de Paulo Freire, con sus deseos y espantos de su alma eternamente apasionada por la vida., es un llamado a la reflexión sobre determinados hechos y verdades. Es una intención que debe estar vigente en nuestros días. ¿Acaso no es esta la propuesta?
.Termino señalando una máxima freireana: “Nadie es, si se prohíbe que otros sean”

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